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Solía ​​pensar que la receta secreta de mis tías se había perdido para siempre, pero ¿adivinen qué? ¡Finalmente la encontré y es aún más deliciosa!

una taza de arroz blanco de grano largo
1 lata (10,5 oz) de sopa de champiñones con crema
Una lata de 10,5 onzas de sopa de apio con crema.
Una lata de 10,5 onzas de sopa de pollo con base de crema.
1,50 tazas de agua natural
Cuatro pechugas de pollo sin piel ni hueso
Mezcla de sopa de cebolla, un sobre
Añadir condimentos de sal y pimienta según recomendación.
Cómo seguir
Prepare su horno para hornear a 350°F (175°C).
Engrase una fuente para hornear que mida 9×13 pulgadas.
Las sopas cremosas (de champiñones, apio, pollo y agua) se deben mezclar con arroz en la comida preparada. Para combinar, revuelva bien.
Antes de añadirlas al arroz, sazona las pechugas de pollo con pimienta y sal.
Distribuya uniformemente la mezcla de sopa de cebolla sobre el arroz y la carne.
Enrolla el papel de aluminio y ciérralo sobre el recipiente. Una vez que esté en el horno, ¡no mires!
Para obtener un pollo completamente cocido y un arroz suave, hornéelo en un horno precalentado durante aproximadamente una hora y media.

Después de sacarlo del horno, déjelo reposar unos minutos antes de cortarlo.
Consejos y variaciones
En pocas palabras, este plato es versátil. Antes de hornear la mezcla de arroz, prueba agregar una taza de vegetales congelados variados para darle más color y nutrientes. Los muslos de pollo deshuesados ​​y sin piel son una excelente alternativa, ya que retienen toda la humedad sin el hueso. El queso rallado, derretido hasta quedar dorado a la perfección en los últimos diez minutos de cocción, es una cobertura reconfortante para el plato. Cambiar cualquiera de las sopas de crema por sopa de queso cheddar puede darle un sabor deliciosamente distinto.

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