En las noches agitadas de la semana, cuando estoy agotada por el trabajo, no hay nada mejor que una cena sencilla y reconfortante que casi se prepara sola. Para quienes siempre están en movimiento, esta cazuela de arroz con pollo sin mirar es un bienvenido regreso a la comida reconfortante de mi juventud y una bendición. Originaria del Medio Oeste, esta sustanciosa cocina es conocida por su simplicidad y la promesa de una cena cálida y agradable que no necesita supervisión continua. La regla cardinal (que no se debe mirar una vez que el plato está en el horno) es la inspiración para su nombre.
Incorporar una simple ensalada y verduras al vapor a este plato realza el sabor y proporciona un equilibrio saludable. Para un capricho aún más decadente, acompáñelo con un poco de pan tostado y crujiente para absorber la sabrosa salsa. Además, las espinacas salteadas o las judías verdes asadas son acompañamientos maravillosos si tiene un poco de tiempo libre.
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